Este martes 21 en la sede central del PAMI, más de 100 empleados/as se encontraron con la imposibilidad de fichar, ya que el sistema rechazaba sus huellas dactilares. Este hecho, que afecta principalmente a trabajadores/as, indica que serían alrededor de 200 los despidos que aún no han sido formalmente notificados.
Ante esta grave situación, los/as trabajadores/as se concentraron en el hall de la sede central del organismo (Av. Corrientes 650), exigiendo respuestas y acompañados por el personal de seguridad privada que desempeña funciones en el edificio.
La Junta Interna de Delegados/as de ATE en PAMI declaró el estado de alerta, sumándose al rechazo de otras organizaciones hermanas.
Desde ATE denunciamos este atropello como parte de un proceso sistemático de desguace de los organismos públicos por parte del Gobierno Nacional, una política que atenta directamente contra los derechos de los/as trabajadores/as y el acceso de los sectores más vulnerables a servicios esenciales.
ATE repudia enérgicamente el desmantelamiento del Estado, que afecta no solo a los/as trabajadores/as, sino también a millones de argentinos/as que necesitan de un sistema público fuerte y eficiente. “Reafirmamos nuestro compromiso de acompañar y defender a cada compañero/a afectado/a, exigiendo la reincorporación inmediata y el cese de estas políticas de ajuste que precarizan el trabajo y desarticulan las estructuras estatales indispensables para el país”, finaliza el comunicado de ATE