Su partida repentina nos llena de un profundo dolor y deja un vacío muy grande. Su recuerdo permanecerá siempre entre nosotros/as, en cada gesto solidario, en cada causa justa que supo abrazar y en cada espacio que compartimos.
Naty fue una compañera muy identificada con los valores de ATE. Provenía de una familia luchadora, con la historia de militancia de su padre Lito como dirigente sindical de la Sanidad, que ella supo honrar con su propio compromiso.
Siempre dispuesta a escuchar, a acompañar y a solidarizarse con los demás, Naty fue una persona comprometida con sus amigas y amigos, con sus compañeras y compañeros de trabajo, y con las luchas contra las injusticias políticas y sociales.
Militante de las causas nobles, viajera incansable, organizadora de momentos emotivos y entrañables.
Hoy sentimos su ausencia, pero también celebramos su vida y el enorme legado humano que nos deja.
Acompañamos a su familia, a sus amigas/as y a todas y todos sus compañeros en este momento tan doloroso.
Nos duele y nos cuesta tu partida, Naty. Qué difícil resulta ponerte en palabras, describirte y, sobre todo, despedirte. Vos misma lo escribiste: “Nunca me verás vencido ni aún vencido. Ese es mi lema”. Esa fuerza, esa convicción y esa alegría de vivir es lo que siempre nos va a acompañar.
¡Naty siempre presente!








