Las fuerzas de seguridad de Brasil bloquearon los alrededores del Congreso, el Palacio presidencial y la Corte Suprema. Manifestantes autoconvocados del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron con destrozos en el Congreso y en el Palacio de Justicia, donde reclaman la intervención militar para derrocar a Lula. Además, ingresaron en la sede presidencial.
La irrupción y destrucción de edificios gubernamentales y el desconocimiento de la voluntad popular, constituyen un hecho gravísimo que debe ser repudiado y condenado por todos los espacios y organizaciones democráticas de nuestro continente y del mundo.
Nunca Más los golpes militares, nunca más la interrupción de los procesos democráticos, nunca más el desconocimiento de la voluntad popular, nunca más la violencia política, los discursos de odio, el Lawfare, nunca más la derecha y los poderes fácticos en Brasil, en América Latina y en el mundo.